9 de Julio en la LNB

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9 DE JULIO SUFRIÓ HASTA EL FINAL PERO QUEDÓ A UN PASO DE LA PERMANENCIA


Deja la piel. Gastón Torre volvió a demostrar sus ganas y fue determinante para levantar a «9» en los momentos más complicados.

El festejo final lo sintetizó todo: a este equipo, que llegó rodeado de problemas a la temible lucha por permanecer en la máxima categoría, sólo le importa ganar como sea. ¿Que jugó mal? Puede ser. ¿Que “zafó” de la derrota? Sí, una y otra vez. ¿Que se benefició con un fallo polémico de los árbitros en el final? Sin lugar a dudas. Pero nada de eso pudo arruinarle la fiesta. Y no era para menos: con el corazón como principal argumento, 9 de Julio superó en un cierre agónico a Quilmes por 72 a 70 y puso la serie por la permanencia 2-0. Gastón Torre, un guerrero digno de las mejores películas de acción, fue el hombre de la noche gracias a sus apariciones en los momentos más calientes.

Tal como se preveía, el inicio del encuentro ya no iba a ser tan cómodo para “el patriota”. Mostrando una actitud defensiva muy diferente a la del juego que abrió la serie, el conjunto marplatense cerró su aro, provocó pérdidas y bajó muchísimo la efectividad del local (en 5 minutos, lanzó 3/10 de campo), lo que le permitió correr el contragolpe y llegar al aro con suma facilidad para escaparse y renovar su ilusión (17-7). Ante la falta de respuestas -sobre todo defensivas-, Sebastián González movió el banco y encontró la solución rápidamente. Torre y Martina reemplazaron a los erráticos Cowan y Ayarza y, con un perímetro “petiso” (quedaron Gerbaudo y Luchino) y la efectividad de Clancy (brilló en el arranque; totalizó 12 puntos más 9 rebotes), llegó el parcial de 12 a 2 que emparejó la cuestión (19-19). En el segundo, “9” confirmó esa remontada: mediante los bombazos de Gerbaudo y las “guapeadas” de Torre (9 puntos, tres recuperos, dos rebotes y una tapa), se alejó más que nunca (39-30) y pudo estirar, pero un triplazo sobre la chicharra de Mc Hopson (más enchufado que el martes, fue el goleador con 24) dejó todo abierto (40-35).

En el complemento, la influencia del nerviosismo y la presión alcanzó su pico máximo. Mientras más minutos transcurrían, más crecía el dramatismo, lo que se tradujo en equivocaciones, baja eficacia y cambios constantes en el liderazgo. Así, hasta llegar a un cierre para el infarto. Aprovechando los recuperos de Torre, Gerbaudo facturó (esencial con 19 tantos) y el dueño de casa volvió a escaparse (66-59, a 5m6s). Sin embargo, la dupla Hopson-Matthews (40 puntos entre ambos) hizo añicos la diferencia en un ratito y paralizó Río Tercero (70-70, a 39s). A continuación, Clancy tomó un rebote ofensivo, recibió la falta y anotó un simple para dar paso a la jugada decisiva: con 16 segundos en el reloj, Ferreyra quedó solísimo frente al aro y erró un triple que, excepto un milagro, hubiese regalado la victoria al “Cervecero”. Pero la tensión no terminó ahí. Cowan también falló uno desde la línea (72-70, a 14s) y Weigand, desde el mismo sitio, desperdició uno y lanzó a errar el otro. En el rebote, la pelota se le escapó de las manos al interno ex Quilmes tras un roce con Matthews y los jueces tomaron la decisión más polémica de la serie: con 2 segundos por jugar, dieron la reposición para “9” y, entonces, se desató la celebración del pueblo “Patriota”. Si el próximo miércoles logra dar el golpe de nocaut en Mar del Plata, su fiesta será completa.

SÍNTESIS

9 de Julio (72): Diego Gerbaudo 19, Gastón Luchino 4, Josimar Ayarza 8, Jaz Cowan 8, Sam Clancy 12 (FI); Gastón Torre 9, Emiliano Martina 10, Pablo Orlietti 2. DT: Sebastián González.

Quilmes (70): Nicolás Ferreyra 10, Phillip Mc Hopson 24, Gregorio Eseverri 2, Axel Weigand 5, Clarence Matthews 16 (FI); Cedric Moodie 4, Louis Truscott 7, Facundo Piñero 2. DT: Roberto Martínez.

Parciales: 9 de Julio 19-19 Quilmes; 21-16 (40-35); 16-18 (56-53); 16-17.

Árbitros: Daniel Rodrigo, Fernando Sampietro y Fabio Alaniz.

Estadio: José “Gordo” Albert.

> Foto: Ligateunafoto.com

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